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Existen muchos y diversos maridajes con cerveza. El maridaje cervecero más clásico se da con el queso: algunas abadías como Chimay producen ambos. A más maduro y fuerte el queso, mejor combinarlo con una cerveza de más personalidad.

Las cervezas lager alemanas acompañan bien a mariscos y aves; pero si estos platos llevan salsas una cerveza con más cuerpo combinará mejor. A la pasta le van las cervezas de trigo, también a los especiados platos tailandeses o indios cuyo picante ayudan a equilibrar. Las carnes y los guisos piden cervezas lupuladas, como las IPA, mientras que el carbonatado de las pilsner ayudan con las grasas de barbacoas y pizzas. Los ahumados y las carnes a la parrilla emparejan a la perfección con las cervezas ahumadas o rauchbier.

Maridando cerveza con pescados y mariscos, las cervezas de trigo y las pils más suaves son compañeras discretas para los pescados blancos que no roban protagonismo a su sabor. Para el pescado azul, los preparados con salsas, escabeches, marinados, ahumados, salpicones y salazones la cerveza marida perfectamente y el estilo es cuestión de gusto. Incluso casan con el sushi y el wasabi donde las lager japonesas, como la Asahi Super Dry, las Kölsch o las Pilsner ayudan a realzar sabores.

Y para postre dos clásicos: las cervezas de cerezas o frambuesa tipo lambic acompañando la fruta, y las cervezas stout o trapenses más fuertes con la repostería de chocolate.

Una pista se puede encontrar en la “guía de la cerveza para los amantes del vino“ que elaboró Michael Jackson, uno de los grandes expertos cerveceros. Comparaba los blancos secos a las pilsen lupulizadas, los semi-secos o dulces a las lager vienesas o muniquesas y las cervezas de trigo a los espumosos como el champaña, con la salvedad del rosado al que oponía las cervezas de frambuesa. Para los tintos tipo Burdeos ofrecía las ales afrutadas inglesas o las IPA americanas de roble. Los de tipo Borgoña encontrarían su reflejo en las cervezas ale escocesas o belgas. En cuanto a los vinos de Jerez: para los finos, las lambic; porter y stout secas para los amontillados. Y a los que gustan de los vinos de Oporto, una trapense envejecida en botella.

Las cervezas lo aguantan prácticamente todo. Son conocidas las cervezas aromatizadas con tequila o con ron, y los famosos submarinos que sumergen en una jarra de dorada pilsen un chupito de licor como el Schnapps. Así, en los recetarios de cócteles podemos encontrar combinados de muy diversos estilos de cerveza: stout con bourbon, coñac o ron; ale con ginebra, vodka o sidra; IPA con Campari; pils con anís, pisco, calvados, con curaçao o con aguardiente… Incluso el champaña y el cava combinan bien con cerveza tanto rubia como negra. En nuestros packs de cervezas seleccionadas puedes encontrar exquisitas cervezas para tanto para degustar por separado, o en catas donde apreciar matices y diferencias, como para combinar en los cócteles más imaginativos o sofisticados.

Las cervezas siempre son bien recibidas. Si, además, son especialidades especialmente escogidas para el momento, o son variedades que no se encuentran en los puntos de venta habituales, pueden proporcionar para anfitriones e invitados una experiencia a recordar. Como cualquier regalo, será más apreciado si responde a los gustos o a la situación de la persona a quien se obsequia. Y lo bueno de la cerveza es que hay estilos para todos los gustos y cada variedad, cada una de las cervezas de nuestros packs cerveceros seleccionados guarda una historia que hará el regalo aún más especial.

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